
Tratando de explicarme esto me remito a la forma en que cada uno de nosotros asignamos un valor a un elemento cotidiano, tal como, el que determinado suceso ocurra en el momento que hemos planeado o no. Si hoy sirve el automóvil para transportarme o no. Si hoy tengo agua en los grifos de la casa para mis necesidades básicas o no. El valor que otorgamos cada uno a la existencia o realización de una actividad o situación difiere tanto como el número de personas que se cuestionan esto. Tomando en cuenta esto me pregunto, cuál es la actitud que tomaré ante el evento de que las cosas no sucedan en la medida de mis expectativas?, qué tanto permitiré que esto afecte mi estado de ánimo o mi conducta cotidiana? y cuán tolerante puedo ser ante la reiteración de cada adversidad?.
Buscando apoyo en la sabiduría de un reconocido pensador, retomo una frase del Dalai Lama, de quién tengo admiración por la sencillez de su pensamiento, que cada vez que recurro a sus idearios, me enseña a comprender mi conducta y a observar al mundo desde una nueva perspectiva:“…[hay] un reconocimiento cada vez mayor de que ni los individuos ni los países pueden resolver todos sus problemas por sí solos, es decir, de que nos necesitamos los unos a los otros”…
reconociendo mi parte del problema que hoy me ha ocurrido, asumo la responsabilidad de mi proceder durante la creación del conflicto, que posteriormente me remite a la incomodidad de estar en el lugar y al enojo por permitirme caer de nueva cuenta en una situación de esa naturaleza. Acto seguido retomo las cuestiones de si existirá alguna manera de llevarnos mejor en nuestra relación de pareja sin salir raspados?. Quién tendrá la mayor inteligencia emocional para ser más flexible sin sentirse vulnerado?. Y cómo lograr una comunicación más efectiva que nos permita resolver nuestras diferencias sin sentirnos heridos?. Pienso que la aceptación del problema sigue siendo un buen primer paso. Tendré que pensar profundamente en las áreas que me hacen sentir incomprendido y por ende me hacen sentir que no se hace justicia a la persona que soy, que si bien es cierto no soy la mejor, no cejo en el empeño de serlo para beneficio de mi espiritu, de mi pensamiento y de mi persona en general. Esto sé de antemano que redituará en un aporte positivo a mis diversas relaciones sociales. Así pues, recordando la frase del Dalai Lama, extiendo mi mano en el sentido positivo de aportar nuevas oportunidades a la solución de nuestros problemas. Te necesito para el éxito de esta empresa.
2 comentarios:
Interesantes reflexiones!
que hermosa Fotografía!!!!
Hermosos recuerdos y bellisimos momentos compartidos! grax! :)
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