miércoles, 29 de abril de 2015

Letras crudas y sinceras para una nueva generación. Damien Rice.

Tenues notas rompen la espera, son las 9:19 de una noche afortunada. La prórroga en la que estamos inmersos, dispone una noche íntima con uno de los consentidos del folk irlandés. Con una tesitura delicada, nos fundimos en una sola masa, emocionada por el regreso de Damien Rice a México. El calor es sofocante y las gargantas alcoholizadas, estan sedientas de las letras de los viejos éxitos conocidos. Asimismo, de las nuevas canciones que vamos haciéndolas propias con cada repetición. Inicialmente estoy abstraído, acompañando al artista con una voz casi tímida que poco a poco, rompe en la urgencia de soltarse y desea transpirar las emociones contenidas. 

Seducidos por una suerte de sirena moderna, no nos damos cuenta hacia dónde nos ha llevado este pelirrojo de contagiosa sonrisa. Simplemente hemos sucumbido a su encanto y de repente, unas sonoras y delirantes notas de una guitarra eléctrica llenas de tonos bajos nos golpean de manera frontal. No la vimos venir!. Quedamos desnudos de nuestras poses y ahora Damien agradece en un español, que nos hace elevarlo. Pues aunque indica, que entiende más de lo que habla, nos ha conquistado con sus palabras.
Sorpresas. Una tras otra nos ofrece este desgarbado guitarrista; complaciente lleva a una fan a la cima del éxtasis para compartir un dúo... I remember, que seguro ella guardará, vanidosa, para siempre en una gran anécdota. Abierto, sonriente, nos invita a definir el setlist de la velada. Los alaridos no se hacen esperar y una tras otra, las canciones inundan el local. Todas las almas que comparten el concierto reaccionan ante una espontánea dirección de Damien para enriquecer el volcán que hace erupción en el Plaza Condesa.
En el momento más íntimo de la noche, pide se apaguen los micrófonos y los monitores y, con la fuerza que solo él es capaz, nos transporta a un mundo donde las piedras nos enseñan a volar y el amor nos enseña a mentir... y flotamos en las letras de cannonball. Parece ser el final del recital, sin embargo, las palmas y los gritos no languidecen...

Acompañado de una silla, desde la cual escala a una nueva altura, reaparece en el escenario para dedicarnos un emotivo encore que deja satisfecho hasta el más exigente y, unifica a la masa de tripas y corazones que abarrotaron estoicamente el lugar hasta las 10:59 de este 27 de abril de 2015; dejándonos en los labios la expresión final, para cerrar este excelente concierto: 'Til I find somebody new.


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