Hace unas semanas, con motivo del proceso de selección del curso Visión Multidisciplinaria de la Perspectiva de Género: Construcción y Evolución de la Igualdad de Género, de la citada Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH). Me queda claro que es, desgraciadamente, imposible abandonar prácticas oscurantistas, obsoletas en este siglo; sin embargo la opacidad del proceso de selección y sus resultados son la muestra de cómo la CNDH promueve la desigualdad al privilegiar solo a algunas voces y plataformas, y callar a otras. La sociedad sigue comprometida con la creación de puentes que unan a los problemas que enfrenta con sus posibles soluciones; pero la CNDH y nuestro gobierno sólo representan una farsa para el grueso del pueblo, destruyen de manera sistemática estas intenciones y acciones.
¿Cómo lo lograr la reconciliación de la sociedad, si los espacios son solo para pocos?. Mal por ti CNDH, pues no cumples con la función básica de reconocer a todos por igual y por ende, todos con la misma igualdad de oportunidades para crear ese espacio multidisciplinario para la construcción y evolución de igualdad de género. Mal por ti CNDH, porque privilegias la escisión en lugar de liderar ese espacio armónico donde sociedad e individuos crezcamos para mejorar y sanar a nuestro país tan lastimado en todos los niveles.
Dejo a ustedes, los lectores, mi carta de exposición de motivos para su consideración:
Programa de Asuntos de la Mujer y de Igualdad entre Mujeres y Hombres
Comisión Nacional de Derechos Humanos
A quién corresponda:
Con base en su convocatoria para el curso, Visión Multidisciplinaria de la Perspectiva de Género: Construcción y Evolución de la Igualdad de Género, someto a su juicio esta carta de exposición.
Si bien es cierto que los esfuerzos civiles y gubernamentales en materia de defensa de los derechos humanos en México, tuvo convergencia en la última década del siglo XX de manera formal, se puede percibir en grandes sectores de la población una especie de desilusión ante el aparente estancamiento de iniciativas que lleven a los gobiernos locales y federales a modificar las leyes en materia de igualdad de género, o peor aún, a su omisión en la aplicación éstas, cuando ya existen en la legislación actual.
Toda vez que cada gestión de gobierno, ha hecho poco o nada con relación a la violencia que de distintas maneras sufren las mujeres, es importante coadyuvar como individuos y sociedad a la construcción de la igualdad de género. La desigualdad que existe en el trato, no es asunto menor. Ésta no es sólo de los entes gubernamentales hacia la mujer, sino vemos que en una sociedad altamente identificada con el término “machismo”, los padres -incluyendo a la madre-, las instituciones educativas, los empleadores y por supuesto la propia construcción personal de una familia, relegan a través de distintos mecanismos la igualdad y el trato respetuoso hacia las mujeres. La prensa, nacional y con mayor preocupación la internacional, ha dado seguimiento a casos indignantes sin que nos conmovamos un poco. En una suerte de visión de embudo, gran parte de la ciudadania ha dejado de interesarse en estos temas, ante la frágil actitud de seguridad de que alguien está haciendo ese trabajo. Es importante volver a sacudir las conciencias mediante la difusión, e integración de la sociedad, de este tipo de actividades que nos indican que el trabajo de la construcción de una sociedad igualitaria, libre de discriminación, y con apego a las leyes no ha concluido. Sólo a través de la educación sembraremos las semillas en las siguientes generaciones para que este tipo de actitudes se vayan identificando como negativas y no deseables para la construcción de una nación libre de violencia. La educación en donde mujeres y hombres se saben en igualdad, buscando la coincidencia, la sinergia y el respeto mutuo. Dejando de lado comportamientos que buscan sólo la diferenciación y con ello la violencia hacia el otro.
Como ciudadano interesado en la construcción personal de redes de habilidades y conocimientos necesarios para la evolución de la igualdad de género, propongo:
En mi experiencia, novel, en la prestación de un servicio público como lo es el transporte. Donde en general más del 55% de los usuarios son mujeres y niños, propongo realizar campañas de concientización a través de infografías, soportes gráficos acompañadas de definiciones breves, e historietas; la exposición de temas de igualdad de género que busquen el interés del usuario del servicio público de transporte. Tan sólo en la Ciudad de México, existen más de 140,000 unidades de taxi reguladas, dónde en promedio se ven expuestas 22 personas por día, lo que representa una difusión mensual de: 92,400,000 impactos. En términos socioeconómicos, el 80% de los usuarios pertenecen a la clase media, el 15% a la clase alta, y el 5% restante a la clase de ingresos bajos; por lo que, según el INEGI en su panorama sociodemográfico del Distrito Federal del 2011, el grado promedio de educación en la población de 15 años o más es de 10.5, lo que equivale al primer año de educación media superior, un total del 96.6% de habitantes de 25 años o más se encuentran alfabetizados, y sólo de ellos el 27.8% cuentan con instrucción superior, por lo que una campaña de esta naturaleza podría tener un alcance real de poco más de 89 millones de impactos mensuales efectivos en personas que pueden inicialmente, interesarse por el tema y, posteriormente buscar mayor información y compromiso por el mismo. En 2008, INMUJERES creó el programa institucional “Viajemos seguras en el transporte público de la Ciudad de México”, que proponía principalmente la separación de hombres y mujeres en espacios exclusivos de los sistemas de transporte. En 2009, El CONAPRED en su estudio “La discriminación y violencia contra las mujeres en el transporte público de la Ciudad de México”, comentaba que: “de las expresiones violentas consideradas de mayor gravedad por las propias mujeres se encontró que... al 29.4% de las mujeres usuarias les han hecho sentir miedo de un ataque o abuso sexual; el 15% de las usuarias han sido perseguidas por hombres para atacarlas sexualmente, y al 2.1% las han violado”. En 2010, la Secretaría de Transportes y Vialidad del D.F. lanzó el programa “Taxi Rosa” destinado a ser operado por y para mujeres exclusivamente, algo que en la práctica actual no es cierto, ni evaluado por las autoridades reguladoras. Por último en 2014, la fundación Thomson Reuters y YouGov en su estudio “Los sistemas de transporte más peligrosos para las mujeres”, ubican al D.F. como el primer lugar en acoso a las mujeres en transporte público.
“Lo invisible, la conciencia, organiza todo lo visible en beneficio de la persona”. José Vasconcelos.
José Luis Cruz Avilés
jlaviles@gmail.com
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